A menudo se olvida o se pierde de vista su relevancia, pero un horizonte de felicidad, entendida como equidad y plenitud, es el motor de cualquier militante político. Los de hoy, los de ayer, los de siempre. Pueden discutirse métodos, ideologías o decisiones tomadas; sería absurdo no reconocer ese leit motiv, esa pureza inicial que la acción política, por activa o por pasiva, va ocultando. Y muchas veces, borra sin piedad. De algún modo, ese es uno de los hilos conductores de este ensayo de Federico Lorenz. Algo parecido a la felicidad, además del título del libro, es la dirección de un grupo de militantes de los astilleros ASTARSA en la primera mitad de la década del setenta. Son parte de la JTP, la Juventud Trabajadora Peronista, que es la cabeza de playa con la que Montoneros pretende disputar el poder a la llamada burocracia sindical. A partir de ese pequeño universo, que reproduce a escala una lucha que se dio en buena parte de la Argentina, Lorenz narra y analiza un momento político clave del país, desde un sector poco atendido: el de las disputas entre la izquierda y la derecha peronistas en el mundo del trabajo. A la vez, refleja los actos de los militantes, sus vidas, su día a su día, la acción que los constituye como sujetos políticos. Desde los albores de la agrupación que formaron hasta que la represión, que comienza antes del 24 de marzo de 1976, la aniquila.