Es sabido que Borges, desde temprano, fue un cultor de la amistad, a la que denominó "la gran pasión argentina". Así, muchos de los amigos aparecen ligados al quehacer cotidiano, sus libros y el derrotero de sus años. Sin embargo, la amistad con Roberto Godel, tal vez por las escasas menciones y referencias a ella, fue una relación casi secreta que empezó en 1909 con el ingreso de Borges a la escuela pública y perduró por casi ocho décadas. Borges, cartas a Godel, volumen dedicadamente presentado por Alejandro Vaccaro, reproduce las cartas de esa amistad, que se inician cuando la familia Borges se trasladó a Ginebra en busca de un tratamiento médico para el padre del escritor, que progresivamente perdía la visión. Desde allí, un joven Borges escribe a Godel sobre los días en Ginebra, Lugano, Palma de Mallorca y Barcelona, sus lecturas y perspectivas literarias, primeras publicaciones, el ultraísmo, y al mismo tiempo retrata -a medida que se adentra en él- el ambiente literario en la Europa de la Primera Guerra. Estos documentos revelan de manera incipiente los temas, preocupaciones y obsesiones que más adelante desarrollaría en sus textos, pero también descubren a un Borges cercano, al amigo y confidente. Esta cuidada edición de Vaccaro reconstruye, además, un exhaustivo y profundo itinerario que hace foco en esos años de intensa actividad literaria que serán determinantes en la obra de Jorge Luis Borges.