La novela que estás a punto de iniciar no es adecuada para todas las edades. Ni siquiera para todos los lectores. Al leerla puede que encuentres a esos fantasmas que siempre han estado a tu lado pero que no has querido ver. Pero también es posible que ocurra lo contrario: que salgas de esta historia con la felicidad de quien sabe valorar lo que tiene.