Una puesta de sol, un barco esperando para ser reparado, un barrilete o una pareja bailando pueden disparar la creatividad de un pintor. Conserva esas imágenes en la memoria, y un día, mientras acaricia los pinceles, esas visiones vuelven, la tela en blanco se va llenando de colores y surge el cuadro. Pero el arte no termina allí: se recrea cada vez que alguien ve esos cuadros, se conmueve y vive sus propias historias a partir de ellos. De algún modo, esto es lo que el pasó a Canela. No con un cuadro, sino con varios, no con un pintor, sino con un grupo de pintores argentinos. Cándido López, Alfredo Gramajo Gutierrez, Alejandro Xul solar, Antonio Berni, Emilio Petorutti, Juan Battle Planas, Fortunanto Lacamera , Lydi Pratti, Jorge de la Vega, y Benito Quinquela Martín. Las obras de estos artistas, tan diversos entre sí, tan originales todos, encendieron la imaginación de una escritora, Y no pudo resistirse: escribió un hermoso cuento para cada cuadro, un homenaje para esas pinturas que la conmovieron, un regalo para los artistas que le regalaron a ella, y también a nosotros, una imagen que conservamos en la memoria. Cuentos y encuentros expresa la feliz amistad entre la literartura y la pintura. Que no termina aquí, que continuará en el corazón de sus lectores. Y quizás también en otros cuentos, en otros cuadros.
