Luisa Valenzuela,célebre en el arte de conducir al lector por los laberintos del suspenso y matizar escenas donde su usina de humor regala inesperadas sonrisas. Una misión bifronte es esta de narrar, un mandato por momentos festivo aunque las manos de quien maneja el teclado dibujen tramas de sombra..Escritora prolífica de fascinantes novelas y cuentos, en El chiste de Dios nos propone el desafío de intuir hacia dónde van sus personajes,por qué registros devienen las historias,cuáles son los debates entre la figura del narrador, el autor y sus protagonistas. Como si se tratara de una partida de dados en la cual el azar por instantes incide y por instantes cede espacio a la trama, Luisa Valenzuela sobrevuela los intervalos de la imaginación dando un rodeo a las expectativas preconcebidas. para invitar a su aventurado baile con el lenguaje: ah donde el lenguaje es factible de hacer striptease con las letras, sin olvidar el valor del sentido y del sin sentido.Pura invención documentada, porque si algo caracteriza a nuestra autora es su capacidad de cernir los tonos del fuego y esparcirlos en esa ocurrente amalgama mitad ficción, mitad realida, de una narrativa inigualable.