'Feliz 53 cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo, por qué o cuándo, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya. Al principio pensé que debería matarlo para ajustarle las cuentas, Simplemente. Pero me di cuenta de que eso era demasiado sencillo. Es un objetivo patéticamente fácil, doctor. Acecharlo y matarlo no habría supuesto ningún desafío. Y, dada la facilidad de ese asesinato, no estaba seguro de que me proporcionara la satisfacción necesaria. He decidido que prefiero que se suicide.' Así reza el anónimo que recibe Fredrerick Starks, un psicoanalista con una larga carrera a sus espaldas y una vida cotidiana de lo más tranquila. Starks deberá emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de las amenazadores misivas. De no ser así, pasado ese plazo deberá elegir entre suicidarse y ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos van siendo asesinados por un psicópata que promete llevar hasta el fin el plan que ha ideado para vengarse. Dándole un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela en la tradición del mejor suspense psicológico.