¿Quién es Daniel Angelici? Biografía no autorizada Daniel Angelici tiene muchas caras. Cada una de ellas representa una cuota de su capital. Un poder en rompecabezas. Pero, ¿quién es el Tano? ¿El jo ven radical alfonsinista que, a los 20 años, decidió invertir en el mundo del juego? ¿El binguero acaudalado que, durante el menemismo, fortaleció su vínculo con los coordinadores, futuros funcionarios de la Alianza? ¿Un businessman con formación política, que entendió que debía abandonar "el viejo truco de andar por las sombras" para disputar el poder mayor? ¿El potencial candidato a Jefe de Gobierno porteño y, a la vez, cara visible de una generación radical, marcada por estrepitosos fracasos y prebendas? De hijo de un obrero italiano que llegó después de la segunda Guerra Mun dial a importante actor en la industria del azar; factor aglutinante de radi cales -y no solo de correligionarios- con vocación de poder que se salieron de las anquilosadas estructuras partidarias; sinuoso operador judicial y, también, presidente de uno de los clubes más importantes del continen te. En apenas tres décadas, amado y odiado por igual y a pesar de ser subestimado en más de una oportunidad, el Tano amasó un considerable volumen de poder. Hasta su salto a la fama como presidente de Boca, Angelici era, para los más informados, un nombre destacado dentro del mundo del juego. Tal vez, para los más memoriosos, un militante radical de base. Ahora, todo parece haber cambiado bruscamente. Alcanza con ver las menciones en los medios más importantes del país cuando le dedican sus páginas: "El Moyano de Macri"; "El Operador"; "El heredero oculto de Macri", "El po deroso hombre del juego" son apenas algunas de las formas de aludirlo. Sin embargo, el Tano tiene peso propio. El Tano desgrana minuciosamente la trayectoria política de un personaje tan hábil como enigmático, uno de los pocos que forman parte de la mesa chica del presidente Mauricio Macri.