El proceso político que agitó a Santa Fe a fines del año 1867 fue una parte de la gran conmoción que sacudió entonces a la República toda. El problema electoral tuvo allí, empero, uno de sus más singulares capítulos, no tanto porque sus alternativas hayan resultado diferentes de las acaecidas en otras Provincias afectadas de similar conflicto, sino sobre todo por la relevancia de sus protagonistas. Fue la primera vez que el general Urquiza se aventuró en una empresa sediciosa, y también fue otra oportunidad en que el general Mire intervino en los asuntos internos de una Provincia distinta a la suya, ambos actuando en procura de obtener el respaldo oficial (en este caso de Santa Fe) para sus afanes de predominio político. Y entre ambas grandes personalidades, la gestación ajena a ellos, de una "liga de Gobernadores", con propósitos electorales.