La Patagonia, afirma el mito, fue y sigue siendo codiciada por muchos. Exploradores españoles y holandeses, colonos galeses, estrategas argentinos y multimillonarios norteamericanos parecen haber coincidido, a lo largo de cinco siglos, en que allí está lo que buscaban. Un lugar clave para responder un acertijo científico, un recurso natural que se va extinguiendo en el resto del planeta. ¿Por qué, entonces, gran parte de la gente que habita esas tierras piensa que está aislada y excluida de las políticas estatales? En Falsa calma, María Sonia Cristoff vuelve a la Patagonia en la que nació para indagar esa aparente contradicción. Con un poder narrativo cautivante y con una prosa en la que lo poético no excluye lo político, su crónica se detiene en lugares y personajes que son una puerta de entrada a esa pregunta.