La ola de restauración democrática que avanzó sobre América Latina en la década de 1980 volvió a dar a los partidos políticos el papel protagónico de la actividad política en los países de la región. Hoy, en la segunda década del siglo XXI, asistimos a un nuevo escenario que oscila entre la bipolaridad izquierda-derecha y el surgimiento de nuevos populismos.