"Yo no mando a nadie a la horca. Se ahorcan solos. Se creen que no sé nada de lo que pasa en la calle y de los pillos que existen. Pero a ellos también les vamos a dar con el hacha. Si es necesario, me tendré que convertir en la mujer del látigo para defender los intereses de la patria¿ Yo seré la primera a la que le cortarán la cabeza. Pero después les cortarán la cabeza a los otros." ISABEL PERÓN, en la reelección como presidente del PJ, el 6 de marzo de 1976. Este libro sostiene que Juan Perón entregó a Isabel servida en bandeja para el banquete militar. Isabel Perón no fue, como se la mostró hasta ahora, una tonta manejada por un entorno maligno sino una mujer que siempre supo lo que buscaba y que quiso perpetuarse en el poder. Gobernó bajo la figura del estado de sitio, firmó decretos de muerte, cerró diarios, persiguió a artistas, militantes, poetas y extranjeros. El terrorismo de Estado ya era una máquina en funcionamiento de la mano de la Triple A y el Plan Cóndor extendía sus feroces tentáculos por América Latina. Todo lo que ocurrió en los 48 días previos al golpe del 24 de marzo de 1976 representó una farsa montada por distintos actores del ámbito político, empresario, eclesiástico, periodístico y sindical, que golpearon las puertas de los cuarteles, y María Estela Martínez de Perón fue la protagonista principal. El nuevo y vertiginoso libro de Gabriela Saidon interpela la historia reciente y nos zambulle en esos dramáticos días finales, discute puntos de vista cristalizados y se pregunta por qué esos meses de febrero y marzo de 1976 fueron borrados de los análisis. Desaparecidos. Del mismo modo en que Isabel fue borrada de la serie presidencial por Néstor y Cristina Kirchner, que impulsaron una farsesca persecución judicial contra la que se montaron sus adversarios políticos. Una mirada nueva y sin concesiones sobre un momento crucial de la década de 1970.