Después de dos décadas en que la globalización fue narrada como destino ineludible de la modernidad, comienza a estudiarse la variedad de intercambios, desencuentros y desigualdades que provoca. No la imaginan del mismo modo el gerente de una empresa transnacional, gobernantes de países centrales o periféricos, migrantes multiculturales o artistas que buscan ampliar su audiencia. Sólo una franja de políticos, financistas y académicos ¿sostiene García Canclini piensan en una globalización circular. E resto imagina globalizaciones tangenciales: con los que hablan inglés, con naciones de la propia región, o en acuerdos de libre comercio para protegerse de la competencia generalizada. Junto a la homogeneidad generada por la circulación de capitales y bienes, emergen las diferencias culturales. No como simples resistencias a lo global. El autor explora, a partir de una vasta bibliografía que incluye la ya consagrada y la más reciente, cómo cambian los acercamientos y las discrepancias entre Europa, América Latina y los Estados Unidos. Con cifras y datos novedosos compara los distintos modos en que se globalizan las finanzas, la ciudadanía, las artes visuales, las editoriales, la música y el cine. Examina las ambigüedades que esconden las metáforas empleadas para hablar de conflictos fronterizos y analiza el humor en los malentendidos interculturales. Pero éste no es sólo un libro sobre la globalización; propone, además, cómo renovar los estudios culturales ¿en diálogo con la antropología, la sociología y la economía para reconstruir un pensamiento crítico. Se pregunta qué hacer para que los intercambios globales no se gestionen sólo en lobbies de empresarios sino en una esfera pública donde se vaya construyendo una ciudadanía mundial.