La novela relata la historia de Sebastián, un padre soltero quien se muda a un pequeño y pintoresco pueblo llamado "Aldea del Norte, un barrio, no un pueblo", junto a su hijo adolescente Aurek. Ambos comparten similitudes en cuanto a lo físico, siendo la más llamativa portar una cabellera de color rubio y ojos de color casi amarillos. Además de eso, ambos tienen una forma muy peculiar de comunicarse, teniendo por momentos diálogos tan bizarros como interesantes. Si bien la historia se centra en la relación padre - hijo de los protagonistas, crearán lazos con la gente del lugar que simpáticamente los bautizó como "Los Chicos Rubios", y allí cada uno tendrá sus vivencias. Aurek conocerá nuevos amigos y una novia con quien compartirá intereses afines al mundo de la música. Sebastián, por caso, será quien lleve adelante el estandarte de ser "el héroe" de esta historia, al descubrir que su mejor amigo en el pueblo está enamorado de él. Esto hará que el joven papá deba librar batallas contra sus furibundos padres, una ex esposa que después de muchos años regresa y la más difícil de todas: la que deberá pelear contra él mismo.