Tute, uno de los mejores humoristas gráficos del país, cuenta que se crió en "un hogar psicoanalizado". Así que un día, cuando empezó terapia, fue a aprender psicoanálisis como quien va "a un instituto a aprender una lengua". De a poco fuimos descubriéndonos: el psicoanálisis a mí y yo a él. Todo el mundo o es paciente o es analista, o debería serlo". Entonces, desde su primer libro centrado en la terapia, a las viñetas sobre el trabajo en el consultorio comenzó a intercalarles cuadros en los que se manifestaban sus preocupaciones de índole existencial: un auténtico mosaico de la vida, "de lo que es el laburo de análisis, las preocupaciones, las reflexiones, los cambios y la imposibilidad del cambio, la comunicación.". De este camino surgió una trilogía de libros única: Humor al diván, Tuterapia y Superyó. Entran en escena Mabel y Rubén, dos de los personajes más queridos de Tute; estos dos que son un espejo nuestro, que somos todos. Y en ellos y sus historias cabe de todo: viñetas sobre el consultorio, claro, pero también "sobre la relación existencial que uno tiene con la vida, con lo vincular; la soledad, la muerte, la felicidad o el paso del tiempo. Y sobre la pareja, porque el amor es el gran motor de la vida".