«Melvill es una invocación, una séance: las voces del padre y del hijo atraviesan el tiempo para hablar del fracaso y del genio, de los misterios de la ballena y de los vampiros en el cielo de la noche. Fresán conjura a estos herederos de la tristeza y la obsesión con una escritura hipnótica de rara belleza. Esta novela es una invitación a caminar sobre el hielo.» Mariana Enriquez «Regístrese y archívese, aunque se prefiera no hacerlo: Es la noche del sábado 10 de diciembre de 1831 y Allan Melvill cruza a pie el congelado río Hudson.» A partir de las figuras opuestas pero complementarias de Herman Melville y de su padre, Allan Melvill -surcando días de infancia junto al lecho de un alucinado y noches de escritor crepuscular que ya no empuña pluma ni arpón-, Melvill sale a la caza del enigma de la siempre huérfana vocación literaria, del legado del estigma familiar, de los navegantes de la ficción y de los náufragos de la realidad.