¿Todos los personajes están cansados y un poco confudidos en estos relatos, escritos con precisión filosa y también con grandes vacíos, silencios que acentúan el recorte, la captura. Son jóvenes los que están tristes y como les pasa a todos los jóvenes, hubiesen preferido serlo en otro momento. `¿Por qué, por qué nos tuvo que tocar justo a nosotros este lugar y esta época de mierda para ser jóvenes?´, se pregunta Javier en `El borde peligroso de las cosas´. Nadar de noche se publicó por primera vez en 1991. Aquí hay cuentos sobre un manipulador ex combatiente de Malvinas traumatizado, que aparentemente perdió la capacidad de hablar en combate; sobre una chica que llora en un avión con esa desesperación de cuando la vida parece demasiado grande e inmanejable; sobre un padre que vuelve para una última conversación en una especie de bienvenida macabra a la edad adulta. Hay algo profundamente argentino en estos cuentos: un no hay futuro resignado, la política metiéndose incluso involuntariamente, las geografías reconocibles y una especie de desdicha particular, una desesperanza sin estridencias donde se mezclan cuentas de banco vaciadas, noches químicas, parejas rotas y piscinas nocturnas.¿ Mariana Enriquez. ¿`Nadar de noche´ es un relato inspirado. Cierto que la inspiración a menudo exige, en este tipo de narraciones, un aporte adicional que atenúe sus desplantes: los modales. Todo parece manejarse o desplazarse sin esfuerzo ¿los gestos, los afectos, las aflicciones y, lo que es más difícil, el idioma¿ hasta adecuarse a lo que se quiere contar, excepto tal vez la negrura del agua en la que nos sumerge, menos líquida que densa. ¿Coloidal? Y el consentimiento de ese infierno o purgatorio burocrático de postergaciones nos alcanza en medio de una brazada de crawl. Y la orfandad, el duelo, la desconfianza, el amor absoluto por un ser amado perdido, encontrado ahí, encontrado así. Proporciones y dosis perfectas: una obra maestra". Luis Chitarroni.