Cuando le otorgaron el Premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiaobo cumplía una condena de once años en la prisión china de Jinzhou por 'instigar a la sublevación contra el poder estatal'. En Oslo, la actriz Liv Ullmann leyó una declaración que el activista escribió para su juicio en 2009: 'Sostengo las convicciones que expresé durante mi segunda huelga de hambre, hace veinte años. No tengo enemigos, no conozco el odio. Ninguno de los policías que me vigilaron, me arrestaron y me interrogaron, ninguno de los fiscales que me acusaron, y ninguno de los jueces que me juzgaron son mis enemigos'. La declaración figura en este libro, que incluye una selección de sus textos más importantes sobre política, cultura y sociedad en la China actual. Liu Xiaobo no es sólo el más prominente crítico del sistema en su país, sino también un escritor y pensador sobresaliente, y una figura clave del movimiento democrático chino. Escritos con pragmatismo pero también con pasión, estos textos abordan las disputas territoriales campesinas, el conflicto del Tíbet, la esclavitud infantil, Internet, la persecución a los opositores y la masacre de Tiananmen, entre otros temas. 'Lleno de optimismo, espero una China libre. Pues no hay fuerza que pueda detener el impulso humano hacia la libertad', afirma. Publicado por primera vez en español y con un prólogo de Václav Havel, No tengo enemigos, no conozco el odio refleja el pensamiento de un líder disidente en su lucha por la libertad, y es un aporte invalorable al llamado universal por la dignidad y la paz.
