Habiendo analizado, en reiteradas oportunidades, los pensamientos de la América Antigua me atrevo a formular estas opiniones respecto a lo que se pensó en el Noroeste argentino. Aquà coexistieron dos lenguajes paralelos y simultáneos en la obra plástica: el signal y/o ideográfico y lo estético-plástico. Ambos desocultan lo ideológico-mÃtico y expresan lo religioso-poético. Lo signal e ideográfico fue configurado con diseños formales de figuraciones o abstracciones simbólicas y presenta lo mÃtico-religioso, cósmico y cosmovisivo. El diseño estableció lo estético y la facticidad lo artesanal o artÃstico. El hecho plástico habido determina hoy la teorÃa. El diseño nombraba al ente mÃtico. El pensar fue mágico y estableció la causalidad y contenido de lente: ese fue el fundamento de la iconografÃa. La obra plástica fue volitiva y necesaria como obra sagrada mÃtico-religiosa, signal, ideográfica y estética, que configura siempre para aquellos pueblos un nuevo ente cósmico conjurado. Asà daba sentido esperanzado a la cotidiana realidad, plena de continuos incidentes aterradores.