Al Quijote, la primera novela moderna y una de las mejores que jamás se hayan escrito, lo lee muy poca gente en la actualidad. Sigue maravillando a escritores y gourmets de las letras, pero hace tiempo que no forma parte del menú del lector común, asustado por sus mil páginas, el aparato de notas aclaratorias y las dificultades de un lenguaje sobre el que, inevitablemente, ha crecido la hierba de los años.