Piper Bellinger es una influyente del mundo de la moda y su reputación de alocada hace que la persigan los paparazzi. Tras acabar en el calabozo por organizar una fiesta ilegal con demasiado champán en la azotea de un hotel, su padrastro decide que esa es la gota que colma el vaso. De modo que la deja sin dinero y para que aprenda lo que es la responsabilidad, la envía… al estado de Washington, donde acabará regentando el bar de su difunto padre junto con su hermana. Piper no lleva ni cinco minutos en Westport cuando conoce a Brendan, un corpulento y barbudo capitán de barco, que cree que no durará ni una semana lejos de Beverly Hills. ¿Qué pasa si es una negada con las matemáticas y si la idea de dormir en un piso cochambroso con literas le da escalofríos? Tan malo no puede ser, ¿verdad? Está decidida a demostrarle a su padrastro, y también a ese capitán de barco tan guapo y gruñón, que es más que una cara bonita.