—¡Timón a babooor, piratas a la vista! –gritan los capitanes de los barcos cuando ven, en el horizonte, la temible bandera negra con una calavera pintada. Saben que deben escapar a toda vela porque viene, por ejemplo, el feroz y quejoso pirata Malasuerte. O el insoportable pirata Chiquito. O el terrible Barlovento, el sanguinario. O también Barbasucia, con su astuto loro Flint parado sobre el hombro.