Cristina Fernández de Kirchner. Una política exterior soberana El mundo actual atraviesa una crisis geopolítica de intensidad creciente. El desenfreno del capital financiero globalizado ha causado desamparo y resentimientos sin precedentes. La respuesta de las distintas regiones parece ser el individualismo y la fragmentación, que afectan las bases de las democracias al consagrar el triunfo de la exclusión y la derrota de la política. Los grandes monopolios de la comunicación de masas son artífices clave en la formación de esa subjetividad anti-política y antidemocrática que hoy aflora en gran parte del mundo. En este contexto internacional, la Argentina discute su futuro. Devastada por la crisis, al borde de una virtual disolución como consecuencia del abandono de todas las herramientas que permiten la defensa de sus intereses nacionales, le toca decidir por un proyecto de país. Y la política exterior es un aspecto central de todo proyecto. Una política exterior soberana traza los lineamientos fundamentales del modelo de inserción en el mundo defendido por Cristina Fernández de Kirchner. Se reúnen temáticamente en esta obra sus más importantes discursos relativos a esa área, pronunciados durante sus mandatos presidenciales al frente de la Argentina y luego de abandonar el cargo. Entre ellos, Me interesa la Patria, defiendo la bandera, enunciado en ocasión de la recuperación de la Fragata Libertad en enero de 2013, y Recuperar el concepto de Pueblo, en la Octava Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, organizada por FLACSO en noviembre de 2018. De manera diametralmente opuesta a la ambición neocolonial sumisamente aceptada por quienes hoy gobiernan el país, plantea que la salida de la encrucijada solo puede ser un camino de respeto por la voluntad de los pueblos para diseñar sus propios proyectos de desarrollo, un camino de diálogo y comunicación entre culturas. Entre la subjetividad neoliberal que niega al otro por la extrema concentración de riqueza y la subjetividad neofascista que niega al otro por la eliminación del diferente, Cristina propone una alternativa profundamente popular y democrática. Una cosa es la interdependencia, una cosa es la conectividad y otra cosa es subordinación acrítica a políticas que no responden a los intereses de cada país. Y eso es lo que nosotros pretendemos: integrarnos al mundo, pero integrarnos desde nuestros propios intereses, desde nuestro propio modelo y articular con otros países que también tengan la misma percepción. Tienen que acostumbrarse todos los países del mundo a la multipolaridad y a la aparición de nuevos actores.