Con gran libertad formal y compositiva, zigzagueante entre la prosa y el verso, Analia Couceyro nos propone en Yendo la historia de una mujer casi menopausica que decide hacer carne el imperativo de muerte social que sabe inminente, una vez sobrepasada la quinta decada de vida: deja de comer, corta el vinculo con su madre, se entrega al vicio del estar-en-transito, en un permanente derrotero a bordo del transporte publico, donde sucumbe a la mania de espiar conversaciones ajenas. Se convierte asi en ladrona de chats, adiccion que le proporciona una entrada a mundos distantes y diversos que completara con imaginacion o usara de trampolin para revisitar episodios pasados de su vida. Ludica, reflexiva, aguda, Couceyro llena de palabras la etapa de la vida de las mujeres para la cual el statu quo solo propone silencio.