Habia yo oido alguna vez risa como esa?. Era una risa gutural crepitante, indecente. Una cascara. Un torrente. Una manera de decir: estoy viva y usted?. El narrador de esta historia es un diplomatico francés retirado que, gracias a una inesperada herencia, lleva una existencia rica y ociosa en el sur de Italia. En Capri, Sorrento, Positano, frecuenta la amistad de Cornelius Cunard joven y disoluto millonario norteamericano, a través del cual conocera a Blanche. Cornelius dice ser nieto de Nancy Cunard, famosa vampiresa fotografiada por Man Ray y amante, entre muchos otros, del poeta Louis Aragon. La aristocrática viuda Blanche, majestuosa e rresistiblemente bella, es un ser misterioso, a quien acompaña siempre la inquietante Zita. El narrador logra hacerse amigo de Blanche, amistad que consiste en estar disponible ante las convocatorias de la despótica mujer, que tienen como proposito central hablar de letras y no -como el quisiera- volverse amantes. Eso no impide que sea admitido como acompañante en las elaboradas orgías que ella organiza, integradas por un elenco aleatorio de hombres y mujeres. Hasta la aparición de Angie, una bella joven rumana de la que Blanche se enamora, altera dramáticamente el curso de los hechos.