¿A quién no le gustaría descubrir que en la mesa de al lado del bar rosarino donde todos los días se toma un cafecito, Marco Polo y Kublai Khan conversan de sus viajes y sus aventuras? La narradora de Cruce de caminos nos cuenta esa maravillosa experiencia, mientras trata de enterarse cómo es que esos señores han ido a parar allí, Y parando la oreja, participa de ese encuentro donde se dan cita los siglos y las historias. El paseo le resulta tan erudito como entretenido, por eso no se da cuenta de que algo sorprendente está por ocurrir en ese mismo momento.