Sagaz conocedor del desierto, jinete experto, Diego Zuluaga es un coronel encargado de sostener el pie civilizatorio al sur de la frontera con el indio. Comanda un fortín perdido en la inmensidad patagónica, siempre hostigado por los malones, los rigores del clima y la extrema soledad. Su trabajo consiste en ordenar las tierras, explorarlas, confiscarlas, negociar con los nativos, mantener la moral de la tropa, administrar el aguardiente y contener los desbordes de locura y violencia que acechan a un grupo humano siempre al límite. Duro, hosco, solitario, la única ternura que es capaz de sentir la reserva a su perro, un jersey que lo sigue a sol y sombra. Hasta que un día, con la intención de aparear a su perro, Zuluaga decide abandonar el fortín y emprender una travesía de final incierto rumbo al Fuerte Grande.