"Una vez oí que un locutor le preguntaba a un ciego si no ver era como ver con los ojos cerrados. El ciego le contestó: `No ver, para un ciego, es ver con un dedo´. Cuando me preguntan por qué escribo, pienso en esa frase." Este libro es la historia, en forma de diario íntimo, de un hombre -un escritor- que busca su destino perdido en un punto más allá de la frontera entre la adolescencia y la edad adulta. Trata de conseguir trabajo, se enamora y se desenamora, ve enfermar a su madre, se pelea con su padre, participa de proyectos culturales, conoce a otros escritores y escribe. Pero por sobre todo lee y relee, como si esa fuera en el fondo su verdadera misión en la vida. Con la excusa de hacer un "retrato del artista adolescente", Fabián Casas nos hace entrar y acomodarnos para una clase magistral de literatura, al tiempo que postula una suerte de metafísica del arte: el arte como redención o, al menos, como un salvavidas al que aferrarse. Escritos entre 1992 y 1997, estos textos, de una belleza cruda y despojada, relatan los años de formación de Casas como poeta, a la vez que ofrecen un panorama en primera persona de la escena literaria de la década del noventa.