Basilio Hallward, pintor amigo de Dorian Gray, decide hacerle un retrato. Desde ese momento, Dorian sera consciente de su propia belleza asi como del espantoso castigo que el tiempo ejerce sobre ella. Esto le parece tan insoportable que le llevara a la idea de vender su alma al diablo a cambio de vencerlos estragos del tiempo. Dorian se dedicara desde entonces a un particular culto al placer por encima de cualquier norma etica. Y el retrato se convertira en el testimonio de una caida: a cada ley moral pisoteada, el retrato le mostrara con mayor violencia y dolorosamente su propia indigencia fisica y espiritual.