Tras dieciocho años en el exilio, Fernando Terry decide volver a La Habana, atraído por la posibilidad de dar al fin con la autobiografía desaparecida del poeta José María Heredia, al que dedicó su tesis doctoral. De paso, aclarará las sospechas que alimentaron su rencor, de quién lo denunció y provocó su expulsión de la universidad. A la búsqueda del manuscrito, se suman la vida de Heredia, en los años de la Colonia, y la de los últimos días de su hijo José de Jesús de Heredia, masón, a principios del XX. Las vidas de los personajes van creando paralelismos insospechados, como si en Cuba la Historia se cebara en el destino individual de cualquiera que destaque por su talento, sin importar el periodo histórico que le toque vivir.