Los años no pasan para este gaucho rebelde y sentimental, que sigue cantando en versos octosílabos sus penas, reflexiones políticas y filosóficas y sus aventuras en la inmensidad de la pampa argentina. Obra cumbre de la literatura gauchesca, el Martín Fierro deslumbra por la riqueza de vocabulario, la genialidad de su composición y por la multiplicidad de lecturas: alegato político, texto histórico, antropología del gaucho, canto de amor por la tierra; todos los sentidos se superponen en este largo poema épico que se lee con el ritmo fluido de una novela. Mundo estrictamente masculino, de violencia y borracheras, de jinetes diestros, malones temibles, políticos aprovechadores, soldados y policías, surgen dos grandes temas en esas payadas alrededor del fuego; según J. L. Borges, las dos grandes pasiones argentinas: el culto al coraje y a la amistad.