Tras un desengaño amoroso, Elisa está decidida a retomar las riendas de su vida e ir tachando propósitos de su lista: seguir siendo la mejor en su empleo, casarse, formar una familia. ¿El problema? Todavía no ha conocido al futuro padre de sus hijos. Pero ella tiene muy claro qué tipo de hombre anhela a su lado. Para empezar, uno que no se parezca en nada a Jack Helker, el abogado con el que ha de competir en su trabajo. A pesar de su sonrisa insolente y de ser el típico hombre que debería venir con un cartel de «no tocar», Elisa es incapaz de ignorar el deseo que siente cada vez que él está cerca.