En esta guía, los bodegones fueron identificados sobre la base de mi experiencia como periodista enogastronómico y atento observador de los fenómenos gastronómicos porteños. Se agregaron, obviamente, criterios quizá más objetivos tales como antigüedad, historia, fidelidad al recetario italo-porteño y/o hispano-porteño, precios, ambiente, tipología de clientes e identidad. Quiero aclarar que los bodegones no fueron elegidos porque sean lindos o den bien en las fotos. Básicamente, todos ellos se ganaron un lugar en esta guía porque hacen de manera correcta lo que deben hacer: la buena comida porteña. Un bodegón es, ante todo, un lugar adonde ir a comer.