Noé construye su arca y hace subir a los animales para salvarlos del diluvio universal. Una pareja por especie, como se le había ordenado. Los ubica según sus características y zarpa emocionado. Pero nada resulta como lo había imaginado. A poco de andar, los animales se ponen quejosos y exigentes. Todos quieren salirse con la suya. Todos creen tener razón. Empiezan las discusiones y las peleas más absurdas y divertidas, pero el arca va a hundirse si no encuentran la forma de convivir pacíficamente.