Lucio Bordenave, un relojero por resignación que aprende ese oficio cuando lo echan de un banco, se desvive por su mujer Diana, cuyo malhumor él atribuye al hecho de no haber podido tener hijos. El inestable clima de la pareja se termina de romper cuando conocen al profesor Standle, un inexpugnable alemán que dirige una escuela para perros. Al igual que el pasaje de Villa Urquiza en el que viven conforma un barrio dentro del barrio, una técnica psiquiátrica novedosa y demasiado eficaz convierte esta aparente novela costumbrista en una historia fantástica, tan laberíntica y fascinante como el mismísimo Parque Chas que, por supuesto, también le sirve de escenario.