Con gran destreza literaria, Verónica Sukaczer construye un relato que, a la manera de cajas chinas, renueva su apuesta por la memoria social, la búsqueda de la identidad y la circulación de la palabra. En este libro se ahonda en un tema poco frecuentado en la literatura juvenil como es el de los migrantes, aquellos que no tienen más opción que huir para sobrevivir. Muchos muros han dividido tierras. Uno divide de pronto la vida de Zinnia. Sin opción, la familia huye, migra para encontrar dónde echar nuevas raíces y vivir en paz. De una a otra casa, de un país a otro, del camino a un campamento para refugiados, y luego un gran incendio y otra huida más, y van tantas... Zinnia se aferra a su hermana Jaz y a su historia. Contar quiénes son le permite recordar de dónde vienen y recuperar la fuerza para cruzar nuevos muros