Cuando una lengua deja de hablarse, se pierden historias, poemas, canciones y algo esencial de la comunidad que la comparte. Naia emprende un viaje al sur en busca de una lengua perdida. Pero allí también se encuentra con Cielo y Enzo, dos chicos que le permiten descubrir algo más primitivo, algo que nos enlaza con el mundo y que hemos olvidado.