En una Atenas sumida en la pobreza, aparece muerto Andreas Makridis, un alemán de origen griego y propietario de una empresa de energía eólica. Aunque todo indica que Makridis se ha suicidado, un grupo de nuevo cuño, los "Griegos de los Años Cincuenta", reivindica su asesinato. El comisario Kostas Jaritos se hará cargo de la investigación, al tiempo que su hija Katerina, que como abogada defiende los derechos de unos inmigrantes africanos, sufre una brutal agresión al salir de los juzgados a manos del cada vez más nutrido partido neonazi Amanecer Dorado. Mientras Katerina se recupera de la agresión, se descubre un segundo cadáver, el de Jronis Nikitópulos, propietario y director de una academia privada, que aparece con un tiro en la sien. De nuevo, pese a que se trata claramente de un suicidio, los "Griegos de los Años Cincuenta" reivindican esta muerte. El cadáver de Nikitópulos no será el último que se descubra.