'La corrupción es un delito y, como todo delito, tiene sus culpables y sus víctimas. Y, en este caso, las víctimas no son ni la Unión Europea ni Alemania, sino únicamente los propios griegos. El fracaso de la clase política y del aparato estatal no es una consecuencia de la mala gestión de los últimos años, sino que tiene raíces antiguas y profundas. Quien piense que la crisis de Europa es sólo financiera se equivoca. También estamos viviendo una crisis de los valores europeos. Se podría explicar así por qué la rabia de los alemanes hacia Grecia tiene algo de 'clásico'. Quieren que bebamos cicuta, como Sócrates, porque hemos desafiado las leyes.' Petros Márkaris