Hay palabras, hay días y (des) consideraciones. Pero en estos Ensayos reunidos, no se trata de ser desconsiderados: irreverentes sí, irrespetuosos, no. Quizás suene curioso plantearlo en estos términos, pero la primera hipótesis -o conjetura, si se prefiere un término de novela de enigma- es que los escritos, artículos y ensayos que se reúnen en los volúmenes Las palabras y los días y Desconsideraciones resultan más personales que los cuentos y las novelas de Abelardo Castillo. Y con esto no queremos significar nada del or-den de lo autobiográfico como determinante, y menos todavía postular alguna noción acerca de una supuesta objetividad de la ficción en general y de la suya en particular, ni negar que Castillo siempre escribió poniendo el corazón en el centro de la escena. Lo que queremos sugerir es que el efecto de algo íntimo, propio, muy pero muy personal, casi como un cuerpo a cuerpo, se ahonda y visibiliza más en el Castillo ensayista.