Una de las preguntas fundamentales respecto del mundo social es por qué ese mundo dura, cómo se perpetúa el orden social, vale decir, el conjunto de relaciones que lo constituyen. El mundo social está dotado de una tendencia a perseverar en el ser, y esa suerte de principio interno está inscripto tanto en las estructuras 'objetivas' (los modos en que se distribuyen los distintos tipos de capital: económico, cultural, social y simbólico) como en las 'subjetivas' (las disposiciones de los agentes o grupos).